martes, 21 de agosto de 2007

LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

La causa específica de la EM es desconocida, pero podrían contribuir a su desarrollo factores genéticos y/o ambientales. Algunas hipótesis han señalado que la EM podría tener un origen viral, aunque por el momento no se dispone de pruebas científicas fiables indicativas de que un virus específico cause el proceso.Aunque no se conozca realmente la causa, se sabe con certeza que ocurre una alteración de la función del sistema inmunitario que afecta de manera decisiva a la enfermedad. En la EM, se dan procesos inflamatorios que lesionan las vainas de mielina y los oligodendrocitos (células encargadas de generar y mantener las vainas de mielina de los axones en el SNC).¿Cómo ocurre este proceso?Nuestro sistema inmunitario es el encargado de proteger al organismo de todos los tipos de infecciones. Cuando los leucocitos –células inmunitarias específicas y células inmunitarias activadas o “macrófagos”- atacan a microorganismos extraños (bacterias, virus, parásitos y hongos) se producen reacciones inflamatorias. Esta defensa está coordinada por los denominados “linfocitos T”, una variedad de leucocito producido en la médula ósea.En las enfermedades autoinmunitarias, como es la EM, los linfocitos T no reconocen como propias a ciertas estructuras celulares, tomándolas por agentes “extraños” y preparándose para destruirlas: este fenómeno se denomina activación de los linfocitos T. En cuanto los linfocitos T son activados, pueden penetrar en el SNC para atacar a las células nerviosas.¿Cómo se dañan las células nerviosas?Las células nerviosas poseen unas fibras largas, delgadas y flexibles (axones) que permiten la transmisión de impulsos –señales eléctricas- a lo largo del nervio; de este modo, el encéfalo puede comunicarse con las distintas partes del cuerpo.Tanto en el encéfalo como en la médula espinal, las fibras nerviosas están rodeadas por una capa externa aislante denominada mielina.Se trata de una vaina de grasa protectora, interrumpida periódicamente por los llamados “nódulos de Ranvier” que permiten la transmisión a gran velocidad de las señales eléctricas (mensajes) al saltar de uno a otro y no tener que desplazarse a lo lardo de toda la longitud de la fibra.Cuando los linfocitos T se activan, atacan a las células nerviosas en un proceso en el que también intervienen macrófagos (otras células defensivas), dañando la capa de mielina (desmielinización) e impidiendo que los impulsos nerviosos se desplacen por los nervios con la misma rapidez o, incluso, que lleguen a transmitirse. Esta ralentización o bloqueo da lugar a los síntomas de la EM.Si la inflamación provocada por el ataque de los linfocitos T cubre una región grande, se producen cicatrices denominadas placas.Por otro lado, investigaciones recientes han demostrado que en la EM no sólo se destruyen las vainas de mielina, sino que también ocurre un daño axonal. Este fenómeno también parece estar asociado, al menos en parte, a la existencia de inflamación y ocurre desde las fases iniciales de la enfermedad. El daño axonal contribuye en gran medida a la neurodegeneración y a la acumulación de discapacidad.¿Pueden repararse la mielina y los axones?Al disminuir la inflamación se ponen en marcha mecanismos de reparación, a veces con el resultado de remielinización, sobre todo, en las fases iniciales de la EM. Si la inflamación se produce varias veces en la misma zona, los procesos de reparación pueden no lograr su objetivo y, por consiguiente, provocar una lesión permanente de estos nervios. Por otro lado, no existen evidencias claras de que existan procesos neurorregenerativos que restauren la integridad neuronal tras el daño axonal.Formas de la Esclerosis MúltipleLa EM puede variar considerablemente entre los pacientes, ya que ataca el Sistema Nervioso en distintas localizaciones. En la mayoría de los casos los síntomas en los estadios iniciales del proceso aparecen bruscamente en episodios pasajeros sin una causa reconocible. La aparición repentina de síntomas o su empeoramiento se conocen como recidiva o brote.Existen cuatro formas diferentes de EM:Esclerosis Múltiple recurrente-remitente (EMRR):Es el tipo más frecuente y afecta a más del 80% de las personas con EM. En las fases iniciales puede no haber síntomas, a veces incluso durante varios años. Sin embargo, las lesiones inflamatorias en el SNC ya se están produciendo, aunque no lleguen a dar lugar a síntomas. Los brotes son imprevisibles y pueden aparecer síntomas en cualquier momento -nuevos o ya conocidos- que duran algunos días o semanas y luego desaparecen de nuevo. Entre las recidivas no parece haber progresión de la EM.Esclerosis Múltiple progresiva secundaria (EMPS):cuando el grado de discapacidad persiste y/o empeora entre brotes, se considera que estamos antes una EM de tipo secundaria progresiva. Puede aparecer después de una fase recurrente-remitente del proceso y se considera una forma avanzada de la EM. Entre un 30 y un 50% de los pacientes que sufren inicialmente la forma recurrente-remitente de la EM, desarrollan la forma secundaria progresiva. Esto se da tras un período de tiempo que depende de la edad de inicio y que suele ocurrir entre los 35 y los 45 años. La EMSP se caracteriza por una progresión continua con o sin recidivas ocasionales, remisiones poco importantes y fases de estabilidad.Esclerosis Múltiple progresiva primaria (EMPP):Es menos frecuente y sólo afecta al 10% de todos los pacientes con EM. Se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, pero hay un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas sin un periodo intermedio de remisión. No hay episodios tipo recidiva, ni periodos de remisión, sólo fases de estabilidad ocasionales y mejorías pasajeras poco importantes.Esclerosis múltiple progresiva recidivante (EMPR):Es una forma atípica, en la que hay progresión desde el comienzo, pero a diferencia de los pacientes con EMPP, éstos muestran brotes agudos claros, con o sin recuperación completa. Los períodos entre brotes se caracterizan por una progresión contínua.Existe otra entidad sobre cuya existencia real hay gran controversia, la Esclerosis Múltiple benigna: se caracteriza, como su nombre indica, por tener tan solo una recidiva inicial y, posiblemente, solo un brote adicional y una recuperación completa entre estos episodios. Pueden transcurrir hasta 20 años hasta que se produzca una segunda recidiva, por lo que el proceso únicamente progresa de forma limitada. La EM benigna sólo se puede identificar como tal en aquellos casos inicialmente clasificados como EM recurrente-remitente, cuando a los diez o quince años del comienzo de la enfermedad, la discapacidad es mínima. La controversia mencionada más arriba se refiere al hecho de que, aunque de manera dilatada en el tiempo, estos pacientes, en su mayoría, acaban progresando y experimentan deterioro cognitivo. Aproximadamente el 15% de los casos clínicamente diagnosticados de EM.SíntomasLos síntomas de la EM dependen de la localización de la desmielinización en el encéfalo y la médula espinal y pueden variar enormemente entre los pacientes. Un paciente no tiene por qué experimentar todos los síntomas.Los más frecuentes son:Sensibilidad anormal: como frío, entumecimiento y hormigueo.Trastornos visuales: como visión borrosa o alteraciones en la percepción de los colores, sobre todo en un solo ojo.Fatiga: es uno de los síntomas más comunes de la EM. Se trata de un cansancio continuo que no guarda relación con el grado de discapacidad neurológica o las lesiones de la Resonancia Magnética, pero que podría estar asociado a depresión o a la acumulación de discapacidad.Disfunciones motoras: como rigidez, debilidad, disminución de la fuerza muscular y espasticidad de las extremidades.Problemas con el equilibrio, como dificultad para caminar o temblor.Trastornos intestinales y vesicales, como problemas para orinar y estreñimiento.Problemas sexuales, como impotencia o pérdida de sensibilidad.Dolor: muchas personas afectadas de EM refieren en algún momento dolor agudo (por ejemplo, detrás del ojo) o crónico (por ejemplo, en las extremidades o la espalda).La EM puede estar asociada a depresión, como consecuencia de los síntomas o de dificultades para aceptar y afrontar la enfermedad y sus implicaciones.La EM puede estar activa (es decir, se pueden estar produciendo lesiones desmielinizantes en el SNC) a pesar de no producir manifestaciones clínicas.¿A QUIÉNES AFECTA?Se estima que en España la prevalencia actual de la enfermedad está en torno a los 70 casos/100.000 habitantes (alrededor de 30.000 casos) y su incidencia es cercana a los 3,5 casos/100.000 habitantes/año (aproximadamente, 1.500 casos/año). En todo el mundo hay cerca de 2.500.000 pacientes. Es una de las enfermedades del SNC más comunes en adultos jóvenes, constituyendo la principal causa de discapacidad en este colectivo por detrás de los accidentes de tráfico.Es muy probable que el propio proceso no sea hereditario, pero la predisposición reside en los genes. Cuando las personas con predisposición genética se exponen a ciertos factores ambientales específicos pero todavía desconocidos, se puede desencadenar la EM.Diferencias de predisposición:La incidencia es mayor en los noreuropeos que en las personas negras africanas.La frecuencia de la EM difiere en las diversas regiones mundiales y suele ser mayor en las zonas económicamente desarrolladas.La frecuencia es máxima en las zonas templadas y menor entre las personas que residen en climas cálidos. Muchos estudios avalan la existencia de un gradiente de frecuencia de EM que aumenta con la distancia desde el ecuador, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur.Suele afectar a personas de 20 a 40 años, aunque también puede comenzar antes o más tarde. El promedio de inicio del proceso es los 30 años de edad.La EM es dos veces más frecuente en las mujeres que en los varones.El riesgo de que el hijo del progenitor con EM padezca también la enfermedad es sólo ligeramente mayor con respecto al de la población general.El embarazo no parece aumentar el riesgo global de brotes. Se ha señalado que la tasa de brotes disminuye durante la gestación, pero aumenta de nuevo en los dos primeros meses después del parto.Publicado por Carles Riquelme i Felip en 13:03 0 comentarios:Publicar un comentario en la entradaVínculos a esta entradaCrear un vínculoEntrada más reciente Página principalSuscribirse a: Enviar comentarios (Atom)
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